7 de junio de 2010

Monólogo para una Mujer que se Oculta

¿Cómo te puedo explicar eso que eres para mí? ¿Cómo explicarte que eres esa buena noticia que no acaba de llegar? Cómo explicarte que eres como un día que ya casi despunta y del que ya se siente el calor, pero que no termina nunca de iluminar. Algo así como un mediodía a medias o una sonrisa inconclusa. No tengo aún las palabras precisas... Pero puedo decir que eres como una sombra que se alarga y que al intentar encontrar su origen se vuelve interminable. Infinita. Eres como un coche que no termina de encender o un libro inacabado. Pero, sabes, no es casual que seas eso extraño para mí. Es en virtud de tu incapacidad de llegar a mí, aunque yo intente en vano alcanzarte. Eres como esa playa remota del náufrago que mientras se ahoga, nada contracorriente: como el autobús que se marcha cuando ya se ha corrido varias cuadras en su búsqueda ¿Por qué te niegas a ser alcanzable y te haces estrella en tierra, brillante y lejana, visible pero intocable? Quizá la respuesta está en tu naturaleza, evidente para muchos pero oculta para mí; propensa a no estar nunca propensa; capaz de incapacitar a otros en tu búsqueda. Quizás por eso hoy no me sorprende no verte aunque te vea, sino que me pillas de sorpresa en mí recuerdo. La verdad, allí, donde soy creador de tu naturaleza; donde yo te busco y te encuentro sin que ningún dios o ninguna fuerza me tenga que auxiliar, allí te prefiero. Y es así, porque al menos en ese lugar que no existe es en el único en el que tú, real y definitiva, estás para mí. Donde encuentro la mejor versión de ti, una que no has sido, una que no eres y que no serás nunca tú.

5 ya dijeron que pensaban. ¿Y tu?:

Es tan hermoso como complejo...

De que forma viaja esa imaginacion!!

Me ha encantado Wigo y despues de unas cuantas leidas solo confirmo lo complejo y lo interesante que resultas ser en todo!!!

Un recuerdo donde no solo tu guargas e imaginas las mejores cosas de un "alguien". Aunque tus recuerdos se transformen en un tipo de odio, hay quienes conservan esos recuerdos intactos manteniendolos aun despues del tiempo y apesar de las cosas. Pero es cierto solo en nuestras mentes creamos a ese ser perfecto que como bien dices probablemente nunca exista.

En mi caso no he llegado a odiar a ese alguien que suscitó en mi un buen sentimiento. Lo máximo que ha ocurrido es que paulatinamente cualquier sentimiento, cualquier emoción, cualquier reacción se ha sofocado con una nube de desplantes, de comentarios malintencionados, de omisiones deliberadas de una única persona concreta. Ahora bien, nadie es indispensable aunque a veces esos ideales que creamos entorno a alguien nos enseñan, de manera dolorosa por lo general, a ser peores personas. Mas duros. Mas frios. Así es que, en mi caso particular, un gran sentimiento se redujo a la nada. No es odio, ni resentimiento; es nada. Y, aclaro, no es que ese "alguien" que uno imaginó, o que yo imaginé, desapareciera súbitamente, es, simplemente, que existe -y existe mejor- en otras personas.

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