WIGOblog

Una iniciativa de creación literaria. Cuentos, microrrelatos y poesía.

SUEÑOS DE NIÑOS

–El cielo…el cielo… –Aún era temprano y no se podían ver las estrellas, de hecho, no veían más que un azul infinito sobre ellos– ¿Una nube? –Preguntó él, notando que no había ninguna.

OBITUARIO - JAIRO ANÍBAL NIÑO

Ha muerto un hombre cuya madurez fue inocencia. A quien los años no le sumaron adultez sino infancia; un hombre que regalaba bosques en cajas de semillas y veía flotillas enteras de barcos en charcos.

NEGRO

—Recostado sobre la cama miré a través de la ventana en la que apenas se proyectaba la luz de una escuálida luna opaca, seguramente por el paso de una nube —dijo el anciano con parsimonia, mientras ponía azúcar a su café. Luego de probarlo, continuó—

CONTENER EL ALIENTO

Contener el aliento,//Cerrar los ojos.//Recordar.//Intentarlo, al menos.//Recordar la valentía heroica,//la intrepidez diaria.//La infantil alegría,//la mañana clara.

29 de junio de 2009

Una Mujer que Nunca Estuvo


Hubo una mujer a la que nunca pude conocer. Una pequeña que sería tierna, dulce y sencilla; que arreglaba su ropa cuando la lavaban y que le encantaba el chocolate hasta hacer que le doliera el estómago. Una chica buena. Una que de niña va de su casa al colegio y de regreso, y que solo se escabulle de sus padres para tonterías. Al menos me gusta pensarlo así. Que aprende de casa, del colegio y de la calle. Que aprende. Una joven lista, preparada; con metas, sueños e ilusiones. Intuitiva y persuasiva. Astuta e inteligente. Delicada y femenina. Así era. Ya mayor era deseada. Era una mujer buena, de esas a las que uno pretende como esposa y presenta a la familia. Cuando se casó, llegó a ser una gran ama de casa, una mujer de familia, con hijos a los que formar, con un esposo feliz de tenerla a su lado porque sabía que era valiosa. Una que era madre, profesional, amiga y mujer, en especial eso, una gran mujer. Él la veía tal como era. Una mujer con un futuro por construir. ¡A esa! ¡A esa mujer la hubiera querido conocer!... No pude. Quizás si ella hubiera repasado sus pasos, con algo de suerte, me hubiera visto. Hubiera visto en mí un buen consejero, un sencillo ayudante, un incansable paño de lágrimas. Un amigo. Un buen padre. Un buen hombre. ¡Qué Tristeza! Esa mujer que tanta paz pudo haber inspirado, esa que pudo haber guiado mis pasos dejándome guiar los suyos, nunca llegó a mi camino. Murió antes de nacer. La mató el olvido. En verdad lamento que nunca la podré conocer.

3 de junio de 2009

Amor y Ortografía

¡Hay amor!
Así no lo veas,
así no lo sientas,
así no lo tengas.

¡Ahí, amor!
En tus amigos,
en tus enemigos,
en los desconocidos.

¡Ay, amor!

¿Por qué?
¿Aunque te veo, te siento y te tengo?
¿Por qué?
¡Aunque eres mi amigo y también mi enemigo!
¿Por qué?
¿Por qué eres ahora un desconocido?